domingo, 3 de abril de 2016

LA EXTERNALIZACIÓN E INTERNALIZACIÓN DE COSTOS, LA OBSOLESCENCIA PLANIFICADA Y PERCIBIDA, REFLEXIONANDO SOBRE ALTERNATIVAS PARA MODIFICAR LAS PAUTAS DE CONSUMO

La externalización y la internalización de los costos.

Externalización: se produce cuando una empresa traslada ciertas actividades de las empresas a las localidades extranjeras para tomar ventaja de una legislación laboral flexible, materiales más baratos de producción, las condiciones económicas beneficiosas o laxas regulaciones ambientales.

Internalización de los costos: se refiere al proceso de incorporar las preocupaciones sociales y medioambientales en los modelos económicos para que las empresas debidamente den cuenta de ellos.
La externalización se ha hecho más posible, debido a que las empresas en los últimos cincuenta años han tenido una disminución de los costos de transporte y por la naturaleza cada vez más interconectada del mundo.
Las empresas han comenzado a reconocer las diferentes condiciones inherentes a las diversas naciones del mundo, y se han dado cuenta que pueden tomar ventaja de estas diferencias.
Por ejemplo, las leyes de trabajos entre los países pueden ser muy distintas.

Obsolescencia planificada y percibida

Obsolescencia planificada: cuando, a la hora de crear un producto, se estudia cual es el tiempo óptimo para que el producto deje de funcionar correctamente y necesite reparaciones o su substitución sin que el consumidor pierda confianza en la marca y se implementa dicha obsolescencia en la fábrica del mismo para que tenga lugar y se gane así más dinero.

Obsolescencia percibida: cuando crean un producto con un cierto aspecto, y más adelante se vende exactamente el mismo producto cambiando tan solo el diseño del mismo. Esto es muy evidente en la ropa, cuando un año están de moda los colores claros, y al siguiente los oscuros, para que el comprador se sienta movido a cambiar su ropa perfectamente útil y así ganar más dinero.

La obsolescencia planificada y la obsolescencia percibida percepción son dos conceptos que se relacionan con la vida útil de un producto en particular.
La diferencia es que la obsolescencia planificada se refiere a intentos deliberados por las empresas para la fabricación de productos que se convierten en obsoletas después de un cierto período de tiempo, mientras que la obsolescencia percibida se refiere a intentos deliberados por las empresas para inculcar en la gente el deseo de adquirir continuamente nuevos productos para mantenerse al día sobre las últimas tecnologías y las tendencias en general.
En cierto sentido, ambas formas son un tipo de “obsolescencia planificada”, donde el primero es más técnico y el último es más social.
La obsolescencia planificada es un concepto que se remonta a la década de 1920, a pesar de que no ganó una gran popularidad hasta alrededor de la década de 1950.
Su objetivo es crear a largo plazo un aumento en ventas al obligar a los consumidores a comprar constantemente nuevos productos.
De esta manera, las empresas pueden generar más beneficios a través de las compras repetidas por los consumidores.
Se define la Obsolescencia planificada como una práctica que atenta contra el derecho de los consumidores en beneficio de la empresa que produce un bien, cuya vida útil se fija de forma anticipada e independiente del desgaste natural de los materiales. Sus arreglos son más caros que la compra de uno nuevo. La empresa cuando planifica el producto ya tiene otro en sustitución, forzando a los compradores finales a adquirir este último, provocando un excesivo consumo. Esta gran crítica al marketing moderno la podemos encontrar fácilmente en el mundo de los ordenadores, de los teléfonos móviles, de los video-juegos, etc., donde un producto no llega ni a seis meses de vida.

La obsolescencia percibida: sería aquella que siente el consumidor por su propio capricho, por querer ir “a la última”. Se percibe en aquellos compradores que han comprado un vehículo y en poco tiempo, la propia marca saca el mismo vehículo con unas pequeñas modificaciones en el diseño o en el color y su propietario no puede aguantar más y decide comprarse este último, gastando dinero innecesariamente.

Ambas obsolescencias mejoran la productividad de las empresas pero atacan directamente al bolsillo de los consumidores y hacen peligrar los recursos naturales. La primera se corrige con leyes, la segunda con formación. Es bueno disfrutar en el tiempo cada producto comprado
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Bibliografía


Ruiz, I. (30 de Abril de 2013). Obtenido de Desarrollo Sustentable: http://desarrollosustentableitmerida.blogspot.mx/2013_04_01_archive.html